Cómo la Naprotecnología nos ayudó después de 5 abortos sin explicación.

Somos Inmaculada y José Manuel, yo tengo 40 años. Nos casamos en 2009 después de varios años de noviazgo que hemos tenido la gracia de vivir dentro de la Iglesia Católica. Desde siempre hemos experimentado el amor y la misericordia que Dios ha tenido y tiene con nosotros.

Desde el primer momento hemos vivido con la apertura a la vida de la que habla la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI, recibiendo responsablemente los hijos que Dios nos da. El primer mes de casados nos quedamos embarazados, y tuvimos a nuestra primera hija. Un año después tuvimos el primer aborto. Durante 9 años de matrimonio hemos tenido 3 hijos sanos y 5 hijos que no llegaron a nacer, abortando al principio del embarazo (el que más duró fue de 13 semanas de gestación).

Como es natural, cada aborto fue un acontecimiento difícil para nosotros, con mucho sufrimiento, pero en cada uno hemos visto la acción del Señor, que nos ha consolado como Padre, hemos comprendido que la vida es suya y que esos hijos no los hemos perdido, sino que están esperándonos en el cielo, intercediendo por nosotros.

Los ginecólogos que me atendieron nunca me dieron una explicación a los abortos, me decían que era por casualidad, por el azar de la genética, que esos hijos “no venían bien”, que teniendo tres hijos sanos no teníamos problemas de fertilidad, que no tuviese más hijos porque ya tenía tres y esos eran suficientes. Incluso una doctora llegó a decirme que ya no podría tener más hijos vivos…

No es que pretendamos tener muchos hijos, pero si Dios quiere darle la vida a otro hijo nuestro, ¿quiénes somos nosotros para impedirlo?

Así, justo un par de meses después del último aborto, en el año 2018, leímos un artículo sobre Naprotecnología en la revista semanal de nuestra diócesis, Córdoba. Quien escribía el artículo era la Dra. M.V. Mena y presentaba la Naprotecnología como un método para averiguar la causa de la infertilidad, fue la noticia que estábamos esperando desde siempre pues no nos quedamos conformes con las explicaciones que nos habían dado los médicos.  

Si volvíamos a quedarnos embarazados, queríamos hacer todo lo posible para que fuese bien. Nos pusimos en contacto con la Asociación Española de Naprotecnología desde su portal www.naprotec.es. Nos informaron de todo el proceso y nos facilitaron los contactos de los profesionales. Empezamos el curso del método Creighton con la monitora María Fernández de Mora que nos atendió desde Madrid. En unos cuatro meses ya tenía un diagnóstico por parte de la Dra. Marcos: Soy celiaca (esto puede provocar aborto), déficit en algunas vitaminas y una disfunción lútea. Estos problemas nunca me fueron investigados por los otros médicos que visité, especialmente en la Seguridad social.

La doctora Marcos nos puso un tratamiento para corregir el estado de las vitaminas y las hormonas, además de la dieta sin gluten, y en dos meses de tratamiento ya estábamos esperando a nuestro hijo Juan. Durante el embarazo tuve un tratamiento de heparina (por los antecedentes obstétricos) y de progesterona.

Tuve que defender el diagnóstico y tratamiento ante varios médicos que siguieron el embarazo, pues a algunos les parecía un tratamiento erróneo y hasta me “echaron bronca”. Después de 5 abortos sin explicación, el tratamiento de la Dra. Marcos ha funcionado perfectamente y nuestro hijo ha nacido sano.

En mi caso he comprendido que la paternidad responsable pasa por preparar mi estado general de salud antes del embarazo para acoger a los hijos, y conocer el funcionamiento de mi ciclo.

Quiero aprovechar para agradecer la labor de la Asociación Española de Naprotecnología en especial a la Dra. Helena Marcos y a María Fernández de Mora, por el trabajo que realizan, ya que estoy segura de que mi hijo está vivo gracias al tratamiento y por supuesto, gracias a Dios.


Este testimonio fue publicado por Religión en Libertad, el 14 de septiembre de 2019