Embarazo después de 7 años de matrimonio
Somos MªCarmen y Franc, un matrimonio de Barcelona. Nos casamos hace siete años y nunca nos habíamos quedado embarazados hasta ahora. Lo cierto es que los dos primeros años de casados tampoco nos preocupó el tema, pues teníamos vidas muy ajetreadas y tampoco le dimos importancia. Pero a medida que iba pasando el tiempo nos iba extrañando cada vez más el hecho de que ni una sola vez nos hubiésemos quedado embarazados. Es por ese motivo que empezamos a visitar a distintos doctores, y tras todas las pruebas pertinentes (analítica hormonal en el tercer día de regla, ecografías, histerosalpinografía y espermiograma) las conclusiones siempre eran las mismas: estábamos perfectos. Y enseguida la alternativa era realizar una inseminación artificial o una fecundación in vitro. No nos planteamos en ningún momento realizarnos dichos tratamientos por motivos claramente morales en el caso de la fecundación in vitro y por motivos varios en el caso de la inseminación artificial. No obstante, independientemente del tema moral, estas técnicas de reproducción asistida nos daban la sensación de ser como “matar moscas a cañonazos”, pues sin tener un diagnóstico de infertilidad en nuestro caso, se otorgaba como una solución bastante invasiva y que tampoco garantizaba el éxito. Nos informamos de ambos métodos por internet, leyendo testimonios, artículos médicos, etc., y sobre todo en el caso de la fecundación in vitro, nos pareció un proceso psicológicamente muy duro por lo desgastante que resultaba ser.
Nos hacía ilusión tener hijos, pero la posibilidad de no poderlos tener nunca, no se había convertido en un tema obsesivo ni que nos quitara la paz. Obviamente nos apenaba, pero intentábamos no perder el foco. Y es que nos habíamos casado no para tener hijos sino para querernos el uno al otro, vinieran o no vinieran hijos. De hecho, nos gustaba ver que grandes personajes de la historia bíblica habían sido infértiles, y quién sabe si a nosotros nos esperaba un camino como ese, jajaja. Dios siempre tiene una misión para nosotros y no debemos dejarnos llevar por la tristeza, aunque no le entendamos. Pues bien, el hecho de empezar con estos métodos de reproducción asistida nos daba la sensación que nos podía hacer perder ese foco y entrar en una espiral de tensión matrimonial que no merecía la pena.
En este contexto, y transcurridos 5 años desde nuestra boda, conocimos por WhatsApp a Jordina y Venancio, quienes comentaban su testimonio y hablaban sobre la Naprotecnología. Llevaban 7 años casados sin hijos y sin aparentemente ningún problema médico, y a través de la Naprotecnología y la Dra Mena, habían logrado diagnosticar su problema, y, además, quedarse embarazados. Eso es lo que nosotros queríamos: saber qué pasaba científicamente en nuestro caso, pues la mayoría de las cosas tienen una explicación científica, y más cuando se habla de medicina.
En seguida nos pusimos en contacto con ellos y fueron increíblemente cercanos. Nos pasaron el contacto de la Dra Mena, a la que aún no conocemos personalmente, pero estaremos eternamente agradecidos por toda su ayuda y apoyo. Y empezamos con una monitora del método Creighton a monotorizar los ciclos menstruales. Normalmente se monitorizan dos ciclos y luego se habla con la Doctora para empezar los análisis, pero en nuestro caso dejamos pasar dos años antes de hablar con la Doctora, pues empezamos una fase profesional con muchísimo trabajo y preferimos esperar para hacer las cosas bien y sin estrés. No obstante, durante estos dos años nunca dejamos de hacer las gráficas Creighton (¡muy importante!).
Por fin en 2017 nos pusimos en contacto con la Doctora y, después de ver las gráficas, nos mandó un montón de pruebas. Las gráficas estaban bien, en el sentido de que todo era aparentemente normal para poderse quedar embarazada.
Tras hacer las diversas pruebas, la Doctora vio que en un momento del ciclo la progesterona no subía lo que tenía que subir y que, además el yodo estaba flojo. No obstante, viendo las gráficas, le extrañó que nunca hubiésemos tenido un embarazo y nos habló de que quizás podía tener endometriosis oculta, un tipo de endometriosis que únicamente se observa vía quirúrgica. De esta forma, nos mandó un tratamiento que consistía en tomar progesterona, estradiol, yodo y ácido fólico en unos momentos concretos del ciclo, y en caso de que en 8 meses no hubiese mejora, realizar la cirugía para descartar endometriosis.
En todo este tiempo de pruebas, íbamos preguntándole dudas a Jordina (¡Gracias!) y nos sentíamos completamente acompañados y comprendidos. La cuestión es que empezamos el tratamiento en julio de este año con muy poca fe, porque asumíamos que nuestro problema iba a ser la endometriosis oculta, y en agosto, por primera vez en nuestra vida, nos quedamos embarazados. Fue todo un shock para todo el mundo, la verdad. Hablamos con la doctora y nos dijo que una cosa era quedarse embarazados y otra tener un bebé, pero estábamos muy contentos, porque habíamos dado con el diagnóstico correcto y por primera vez nos habíamos quedado embarazados. Ahora estamos de 4 meses y todo parece ir bien. En todo momento nos estamos sintiendo súper acompañados, pues la doctora va hablando con nosotros y nos envía analíticas para controlar la progesterona y el estradiol. No sabemos si todo saldrá bien, pues eso solo lo sabe Dios, pero damos las gracias a Naprotecnología por estar ahí, por buscar un diagnóstico claro, por hacernos sentir acompañados en todo momento, y por ayudarnos a no perder el foco, que es el amor entre los dos cónyuges, pase lo que pase y con la ayuda de Dios.
Actualización octubre de 2019