Somos Germán y Rocío, nos casamos en 2018 tras una historia de amor regalada desde el Cielo. Teníamos 40 y 32 años.
A los dos años de nuestra boda, estando abiertos a la vida y no viniendo los hijos, una muy buena amiga nos llamó para contarnos su experiencia en Naprotec.
De una forma cariñosa y prudente nos hizo ver que los hijos eran fruto de la Providencia, pero que también teníamos que colaborar con ella. ¿Cómo? Consultando con profesionales respetuosos con el ciclo natural de la mujer y con el amor de los esposos, para poder detectar posibles problemas que pudieran tener una solución médica y preparar así el cuerpo para la concepción.
Aquí es donde conocimos primero a Anna Jarmolinska, nuestra monitora del Modelo Creighton, que nos ha estado acompañando mucho más allá de la enseñanza del método. Después a la Dra. Helena Marcos, una bendición y una alegría para nosotros, siempre sonriendo, con muy buen criterio y gracias a las gráficas del ciclo, supo detectar un problema hormonal que rápidamente empezamos a tratar, pero que no parecía terminar de solucionarse.
Desde el principio fueron muy claros con nosotros, no nos prometían un bebé, sino un proceso de acompañamiento en el que, mejorando nuestra salud, aumentarían las posibilidades de concebir. Con esta premisa, poniendo todo de nuestra parte y confiando plenamente en Dios, comenzamos esta aventura.
Hemos de decir que todo este tiempo lo hemos vivido con mucha paz, fruto del gran amor que nos tenemos el uno al otro (ya nos considerábamos una familia) y fruto también de nuestra oración conyugal. Aunque no exentos de dificultades en el camino.
Durante estos 3 años también conocimos a Venancio Carrión, que nos ayudó con temas más personales e íntimos. Aún recordamos con mucho cariño alguno de sus consejos.
Pasados dos años del inicio del tratamiento, aún descubrimos otro problema de salud. Esta vez de tiroides, que parecía ser el origen de todo. Helena me puso tratamiento y todo empezó a alinearse. Yo era otra, tenía más vitalidad que nunca. Y las gráficas comenzaron a mejorar.
Durante este último año (el tercero de tratamiento) hemos recibido muchas “caricias” de parte de Dios pero sobre todo, de la Virgen. Hasta que finalmente, el día 16 de julio (Ntra. Sra. del Carmen) supimos que estaba embarazada. Estamos esperando a nuestro pequeño Germán María, si Dios quiere le tendremos en brazos a finales de marzo.
Tras asimilar esta gran noticia (no terminábamos de creerla), estamos radiantes de alegría y muy agradecidos con Dios, porque durante esta espera ha preparado nuestro corazón para tener la certeza de que nuestro matrimonio es fecundo mucho más allá de la fertilidad física. Y también nos ha dejado clara su fidelidad y que su plan es mucho mejor que el que nosotros podíamos imaginar.
Desde aquí le damos gracias por haber puesto Naprotec en nuestro camino, el medio a través del cual Él ha querido cuidarnos hasta regalarnos el don de la paternidad.
Si estás leyendo esto y no conoces la Naprotecnología, quizá se te abra una puerta de esperanza a algo mucho más grande que vosotros mismos. Dios os bendiga.
Con todo nuestro cariño,
Germán y Rocío